Émpezamos a esmaltar y decorar. Al principio estaban un poco reticentes, pero poco a poco se fueron animando. Aquí con mi cuñada Rosa, una artista.
Mi cuñada Ade no se perdía detalle:-
Hasta los suegros terminaron pintando.
Cuñados, sobrina, en fin, una vez que empezaron lo esmaltaron todo.
Por la tarde, después de un arroz con caracoles alucinante comenzó la cocción. Y así quedaron los cuencos.


Y para terminar , nos tomamos un té calentito en nuestros cuencos recién hechos.